En España disponemos de gran cantidad de información sobre la magnitud del cáncer en términos de incidencia y mortalidad, pero existen pocos estudios que revelen sus consecuencias en términos de impacto laboral y económico en los/as pacientes y sus familias. Son escasas las investigaciones publicadas en nuestro país sobre la repercusión del cáncer en la vida laboral, tanto en lo referente a la duración de los procesos de incapacidad temporal (IT), como al porcentaje de personas que se reincorporan al trabajo tras sufrir un cáncer, o aquellos que resultan incapacitados de forma permanente tras la enfermedad. La mayoría de estudios publicados incluyen muestras muy pequeñas y con frecuencia están circunscritos a un ámbito local (provincia, Comunidad Autónoma, etc.)

Entendiendo la vivencia de la enfermedad como una experiencia estrechamente relacionada con la situación en la que se encuentra la persona y la familia en el momento del diagnóstico, resulta fundamental poder conocer todas estas circunstancias que pueden condicionar todo el proceso de enfermedad.

Por todo ello, consideramos importante disponer de datos que reflejen la situación actual del impacto laboral y económico del cáncer, para las personas afectadas por el mismo, en nuestro país. Concretamente, necesitamos información sobre las problemáticas personales, graves y diversas, del devenir cotidiano de los/as pacientes de cáncer y sus familiares, en términos de problemas de índole personal, económica, laboral, familiar… que se generan. Cuestiones, todas ellas, de alto impacto en la vida de las personas, y de gran interés práctico para establecer modelos de gestión e intervención más eficientes encaminados a paliar situaciones de grave sufrimiento y a proteger a las familias más vulnerables frente al cáncer.

En este estudio hemos estimado que el 11% de las personas que han sido diagnosticadas de cáncer en España, durante el año 2017, tenían una situación de riesgo socioeconómico en el momento del diagnóstico o este, ha generado este riesgo con su aparición. Un total de 24.942 personas que, ya sea por encontrarse en desempleo (con o sin prestación), ser trabajadores/as por cuenta propia, y/o disponer de bajos ingresos, el cáncer supone un serio agravante a su situación socioeconómica previa.

1. Personas en situación de desempleo.

En 2017, 10.213 personas en situación de desempleo fueron diagnosticadas de cáncer. La proporción entre hombres y mujeres es muy similar. En cuanto a la edad, un 65% de personas son mayores de 50 años. 
De las 10.213 personas en situación de desempleo que fueron diagnosticadas de cáncer en el año 2017, 5704 no perciben ningún tipo de prestación.

2. Personas trabajadoras en régimen de autónomos.

En el año 2017 se diagnosticaron un total de 10.986 nuevos casos en el colectivo de personas que trabajan por cuenta propia, siendo el 71,8% hombres y el 28,2% mujeres. Esta diferencia tan elevada se explica por el mayor número de hombres que están adscritos al régimen de autónomos. Atendiendo a la edad, hay una diferencia significativa entre hombres y mujeres. Los nuevos diagnósticos en hombres se concentran en la franja de edad de 60 a 64 años, y en mujeres de 45 a 49.


Cabe destacar que el 80% de personas autónomas en España cotiza por la base mínima. Esto supone que, durante una situación de incapacidad temporal (IT), reciban una prestación de 670 €/mes. Durante este periodo deben seguir aportando las cuotas de la Seguridad Social, con lo que el líquido mensual sería de unos 395 €/mes.

3. Rentas menores o iguales al SMI.

En el año 2017, se diagnosticaron 3.744 nuevos casos de personas con rentas iguales o inferiores al SMI. En este caso, el 60,98% son mujeres y el 39,02 % hombres. Atendiendo a la edad, los nuevos diagnósticos en hombres se concentran en la franja de edad de 60 a 64 años, y en mujeres de 45 a 49.